Cinco hábitos que pueden arruinar tus finanzas personales

Las estadísticas son sorprendentes de cada diez puertorriqueños, cuatro tienen 3 o más tarjetas de crédito. Y un 65% de los que usan la tarjeta de crédito para sus compras, pagan algunas veces o nunca el balance de la deuda asumida. En otras palabras, seis de cada diez tienen el hábito de no pagar la totalidad de la deuda, provocando el acomodarse al pago mínimo sugerido de la tarjeta de crédito.

También la encuesta realizada reflejó que un 64% de los encuestados afirmaron que no usan el presupuesto para la administración de sus recursos económicos, demostrando la forma improvisada en que el puertorriqueño usa el dinero.

Por último, dos datos significativos que reflejan la falta de buenos hábitos para construir un bienestar financiero para el presente y que redunda en una libertad financiera para el futuro. Es que tres de cada diez encuestado contestaron que no han podido ahorrar nada en los últimos seis meses. Y que los recursos ahorrados son de un mes o nada de sus compromisos mensuales. De acontecer un evento de pérdida de ingresos al hogar estaría cayendo de inmediato en una crisis económica.

De manera inconsciente no nos damos cuentas que ciertos hábitos pueden ser perjudiciales a la salud financiera del hogar, poniendo vulnerable la estabilidad de las finanzas y la posible pérdida de bienes materiales. En resumen, se pierde la paz, seguridad y calidad de vida de la persona y la familia al tener hábitos o comportamientos nocivos en el uso del dinero.

Basado en mi experiencia de más de 20 años ayudando a las personas a administrar el dinero para construir su seguridad y prosperidad económica, te comparto cinco hábitos que pueden arruinar tus finanzas personales.

#1. Gastar o usar el dinero que todavía no se ha recibido.

Estos último dos años hemos recibido la ayuda de incentivos y ayudas económicas por causa de la pandemia del COVID19. Pero el proceso de recibir esas ayudas no era seguro en termino de fecha. No obstante, varias personas lo veían como un hecho seguro y gastaban el dinero que tenían o usaban la tarjeta de crédito con la promesa de pagar lo que se había comprado. El problema es que ese dinero podía tardar en recibirme en semanas o meses, provocando una crisis económica al gastar lo que se tenía.

Eso pasa con bonos o incentivos que podamos recibir en el trabajo, comisiones; incluyendo el salario que se recibe en la semana, bi-semana o quincena. La regla infalible de unas finanzas saludables y estables; no se gasta el dinero hasta se reciba en la mano (cuenta de cheque o de ahorro). Y menos, se usa la tarjeta de crédito para comprar con la promesa de pagarlo después. Seis de cada diez no lo hacen, añadiendo una deuda más en el mes.

#2. Acostumbrarnos a las deudas y en especial a la deuda de la tarjeta de crédito.

Se nos ha facilitado tanto el crédito, que ya decimos que son parte de toda nuestra vida. En otras palabras, no se puede vivir sin deudas. Por lo cual la vamos aceptando como parte de nuestro estilo de vida. Sino tengo dinero para comprar algo que quiero o deseo, lo compro con la tarjeta de crédito. Si me encuentro con una supuesta ganga o especial de un artículo, como por ejemplo un televisor plasma; lo compro por el ahorro que estoy recibiendo; pero no vemos los intereses que estaremos pagando a futuro. El resultado será que el televisor nos costará el doble de su precio regular, sin ninguna ganancia.

La frase comercial compra ahora y paga después a plazo cómodos es una trampa donde muchas personas entran y pocos salen. La regla infalible de unas finanzas personales saludables y estables; es ahorrar primero y se compra después. Segundo, el uso de la deuda o el crédito es una excepción a la regla, no lo prioritario.

#3. Gastar más de lo que recibimos de ingresos

Este hábito esta relacionado al hábito anterior de acostumbrarnos a las deudas. En realidad, acostumbrarnos a estar endeudado hasta el límite. Como algunos usan la tarjeta de crédito para pagar o hacer compras, no medidos cuanto podemos gastar de ese modo en comparación con los ingresos que recibimos. Nuestras investigaciones reflejan que ocho de cada diez personas gastan más al mes de lo reciben de ingresos. La única manera de hacer ese sobre gastos es usando la tarjeta de crédito o usando los ahorros que queden disponibles. Eso lleva a las personas a un hábito perjudicial, donde las personas viven de cheque a cheque y cada mes teniendo menos dinero disponible al ir incrementado el pago de la deuda.

La regla infalible de unas finanzas personales saludables y estables; es el uso del presupuesto y el uso intencional del dinero. Nunca gastamos más de lo que recibimos y se vive por debajo de nuestras posibilidades económicas. Se utiliza la regla 80-10-10. Ochenta por ciento para administrar los asuntos de vida diaria y obligaciones financiera, diez por ciento para ahorrar e invertir y diez por ciento para compartir.

#4. Compras innecesarias

El evento de la pandemia y las consecuencias del encerramiento en los hogares provocó que las compras por internet se duplicarán. A tal punto que luego de volver a la normalidad, muchas personas se quedaron con el hábito de seguir comprando de manera electrónica por la facilidad del crédito y recibir en la comodidad del hogar cualquier artículo, sea necesario o no. La justificación general de las personas con este hábito son varias: “estaba en especial” “es mejor tenerlo por si lo necesito después” “es mejor tener de más, que tener de menos” “yo me lo merezco porque he trabajado mucho”, “un gastito más no hace daño a nadie” o “no cuesta tanto, es bien barato”.

La regla infalible de unas finanzas personales saludables y estables; se compra lo necesario, previamente ahorrado y presupuestado. No se usa el crédito de ninguna manera. Los gustitos y antojos no pueden estar por encima de compromisos prioritarios del hogar como los alimentos, el pago de las utilidades, la gasolina para el auto o el pago de la casa como ejemplo.

5. No planificar para el futuro – gastar primero y ahorrar si sobra algún dinero

Este hábito es uno de lo más dañino. Nos enseñaron a solo gastar y no ahorrar nada. Vemos el ahorro como un sacrificio y el gastar como un placer. Justificamos ese comportamiento porque tenemos mucho tiempo para construir financieramente el tiempo del retiro, con el pensamiento de vivir el momento, por si acaso me muero mañana. Estamos solo pensando en el presente y nos olvidamos del mañana. La realidad es que la expectativa de vida de un puertorriqueño es de 72 a 74 años.

Y por el otro lado, los eventos inesperados que pueden impactar las finanzas personales de la noche a la mañana nos pueden sorprender sin tener nada ahorrado. Un accidente, una enfermedad que nos incapacite, la muerte del proveedor principal del hogar, la pérdida del trabajo o un divorcio; y no olvidando el costo de la vida o inflación.  Nadie es infalible de estos posibles escenarios. Por lo tanto, cambiemos este hábito por uno saludable.

La regla infalible de unas finanzas personales saludables y estables, es el principio “Págate a ti primero”. En otras palabras, se ahorra primero y se gasta de lo que sobra. Este principio es universal con uno efectos multiplicador de beneficio a todo a aquel que lo ejecuta. Una persona que ahorra un 10% de lo que gana constantemente, tendrá luego de 30 años de vida laboral por lo menos tres años de salario ahorrado, sin intereses ganados.

Reflexión Final

Te invito a reflexionar sobre tus hábitos y forma de administrar tu dinero. Sino está satisfecho con tu vida económica presente, estas a tiempo de dar un giro de 180 grados y darle un nuevo rumbo a tus finanzas. El poder y la capacidad de construir un destino financiero seguro y próspero esta al alcance de todos. Los componentes del éxito financiero están en reconocer los hábitos perjudiciales y transfórmalos en hábitos saludables; y obtendrás los resultados de seguridad económica, libertad total de deuda y paz financiera que todos queremos y merecemos tener.

Más información sobre finanzas personales: www.finanzasalmaximo.com